domingo, 12 de diciembre de 2010

EPOCA DE ADVIENTO


Queridos lectores…ya es Diciembre, el más bello mes del año, con el corazón henchido de amor y alegría hago votos por la paz y felicidad de ustedes, de mi familia y del mundo entero.
Felicitaciones para la profesora Eva Solís Ocampo por haber anexado un año más de vida, con el cariño y la admiración de siempre.
Hoy quiero compartirles esta hermosa reflexión…

“EPOCA DE ADVIENTO”.

Que está época de Adviento, sea en nuestra vida, un tiempo de preparación, prestos a volcarnos a la plenitud y pureza, al amor y entrega, a la comprensión y el perdón de quienes nos rodean, en sus vidas y la nuestra.
Que sea tiempos de ofrecer hospitalidad; recibamos a otras personas en nuestra comunidad, en nuestra casa…en el cálido espacio de nuestro corazón.

¡Brindémonos!... para así recibir en nuestra vida, nuevos proyectos, renovados pensamientos y sentimientos.
¡Sensibilicémonos!... Alegrándonos, sintiéndonos dichosos de poder compartir, poco o mucho; en la medida de nuestras posibilidades.

¡Abrámonos!...a la comunicación, para así poder escuchar a los que sufren, pues esta época es cuando muchos seres suelen entristecer, evocando recuerdos de sucesos tristes en sus vidas… Faltos de un rayito de la luz de la esperanza; para aquellos que arañando sus sueños no lo han culminado, démosle a esta fecha el verdadero sentido de la Navidad ¡si…la Navidad! Esa que inunda los hogares con su magia de luces multicolores, de aromas a vino, manzana, canela, horneados y diversos bocadillos…

¡Navidad!...La misma que da hermoso colorido a las calles de la ciudad; pero donde muchos corazones pueden permanecer apagados.
¡Revelémonos! con sensibilidad en la capacidad de compartir para transformar la vida en abundancia de fe, paz y amor, transportando estos elementos a la cotidianidad.

¡Recapacitemos! Sobre el sentido mismo de la vida, buscando. Recuperando y renovando nuestra esperanza, para de esta manera revestir el alma, nuestra vida personal, nuestro entorno familiar, para hacerlos fuerte en la comunión y unión de nuestras seres queridos… ¡unámoslo y que así perdure por siempre! Disfrutemos nuestra vida social, mejoremos y cuidemos nuestra economía, reencausemos nuestros valores, despojémonos de rencores.
Porque no debemos olvidarnos de la promesa de Dios Padre, cuando envió a su hijo amado al mundo; aquel niñito nacido en un humilde pesebre el cual se humanizo para con su amor sublime adosarse a sus criaturas, así con esta maravillosa entrega hagamos un alto en nuestra vida, reflexionemos y meditemos el porqué de su venida al mundo.

Recordando la llegada del niño Dios, humilde, humano; al cuál María su madre esperó en un portal de Belén rodeados de una mula y un buey aquella noche en compañía de su esposo José.

Dios Padre preparó y esperó el encuentro pleno con la humanidad, su más bella creación a través de Jesús el Salvador su hijo amado, enviado para tal fin.

Por lo tanto Adviento es el tiempo de espera y preparación y es en las cuatro semanas que antecede a la Navidad.
Preparémonos espiritualmente y en armonía para rememorar y celebrar la llegada del niño Jesús.

Para saber un poco más sobre nuestras tradicionales posadas.
Las populares posadas que en México se celebran durante los nueve días antes de Navidad, del 16 al 24 de Diciembre. Nos recuerdan el peregrinaje de María y José desde su salida de Nazaret hasta Belén donde buscan un lugar donde alojarse para esperar el nacimiento del niño Jesús.
Amenizadas con cantos, las posadas reaniman el espíritu religioso de los participantes, están llenas de alegría y regocijo; el cual siempre se respira y contagia durante este mes. Las posadas tradicionales tienen ligeras disparidades de acuerdo al lugar en donde se celebren y han ido cambiando con el tiempo, sin embargo los aspectos comunes más importantes son el pedir posada con los cantos tradicionales, romper la piñata, y claro que nunca pueden faltar los aguinaldos, el ponche, el champurrado, las velas, la fruta, las luces de bengala y en ocasiones la cena y los regalos.
Aquí en Tabasco las posadas se celebran en las calles las cuales previamente se adornan con hilos de donde cuelgan mechones de heno o pasto comúnmente conocido, adornados con serpentinas y faroles. Y en algunas poblaciones se sustituyen a los tradicionales peregrinos de barro por elementos vivos, causando mayor emotividad entre los asistentes, porque suelen ser niños ataviados con la indumentaria apropiada para esa ocasión.
A la hora de pedir posada, se reparten velas y se prenden para cantar la letanía, la tradición nos dice que José y María tuvieron que ir de casa en casa pidiendo posada, es muy probable que no hayan sido los únicos peregrinos que no encontraban lugar para pasar la noche, pero el caso de José y María fue muy especial ya que María se encontraba embarazada y a punto de dar a luz.
Los peregrinos acompañados por un grupo de invitados a la posada salen de la casa y piden posada en la puerta, entonando los cantos ya tradicionalmente conocidos. Las personas que se quedaron en el interior de la casa deben negar la posada obligando a los peregrinos a pedir posada dos o tres veces, hasta darles hospedaje.
Esta es quizá la parte más esperada y divertida de la posada sobre todo cuando se es niño.
Esta diligencia está repleta de símbolos y analogías. La piñata debe ser una piñata de 7 picos que representan los 7 pecados capitales pero además debe estar llena de dulces que representan la gracia de Dios, la venda en los ojos representa la fe, el palo representa a Dios y la gente representan a la iglesia.
El acto de romper la piñata se interpreta de la siguiente forma... Cada uno de nosotros con una fe ciega (ojos vendados) en la ayuda de Dios (el palo) nos disponemos a combatir el pecado (intentar golpear la piñata), nuestros hermanos nos auxiliaran y nos mostraran el camino a seguir para lograrlo más fácilmente (los gritos de la gente) y cuando finalmente logremos vencer al pecado (romper la piñata) la gracia de Dios (los dulces) se derramaran sobre nosotros
La posada termina con una convivencia en la que se da de cenar a los invitados. Se dice que la cena es para celebrar que se venció al pecado (al romper la piñata). Los 9 días tradicionales de posadas se hacen en honor a los 9 meses de embarazo que vivió María.
Ahora les dejo con este significativo poema de la piñata.

“La Piñata”
Inés Ovis Pedrero.

Una olla barrigona y regordeta, cazuela de barro ha de ser.
Cubierta con papel crepé, gira un color y gira otro.
Hasta cubrir su desnudez, viene un pico y viene otro. Siete picos la piñata ha de tener.

Siete picos son pecados en la piñata representados, cada uno tiene historia, cada pecado es menguado.

Con el palo se golpea en señal de exterminarlos, de este mundo pecador
En una fiesta de ambiente… ¡ya sabrás su significado!

La Lujuria es el primero, es amor excesivo por otro.
Aquel que su hambre no satisface ¡padece la Gula!
La Avaricia tiene de ambas, un poquito de las dos.
La tristeza de ánimos está presente ¡es Pereza!
El desordenado sentimiento de odio es la Ira ¡explosiva sin control!
La Envidia, deseosa de lo que tienen los demás, hace mancuerna con la Soberbia ¡se alimentan una a otra!

Muchos dulces han traído ¡todos se los han de poner! Repleta de frutas y colación también.
Hace falta un paliacate para vendar los ojos del niño. ¡Presto, pronto un palo! Hagan todos una fila que también la niña va a pasar.

Al son de ¡dale, dale dale…no pierdas el tino! Su turno han de esperar.
Uno a uno desfilan los chiquillos, la piñata gira y gira, en la cuerda sube y baja, va perdiendo sus picos, se van menguando los pecados.

¡Los dulces han caído, se ha quebrado la piñata! Todos se tiran al suelo ¡pisotones, machucones y empujones hay entre los chicuelos.

Las niñas colman sus manitas, con los dulces.
Los niños abultan sus bolsillos del pantalón.
Todo es algarabía bajo una lluvia de serpentinas y confetis. Para seguir disfrutando el pachangón.

Dios con ustedes siempre, nos vemos en la próxima edición.


Publicado en la revista Suceso edición 426 de fecha 08 de Diciembre de 2010

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